Basado en mi experiencia personal, empezaré mencionando lo que no se debe hacer.
Yo empecé a escribir en edad
adolescente y, en ese entonces, la cantidad de ideas que se me venían a la
mente rebasaba con mucho la cantidad de horas de tiempo libre de que disponía.
Por ello, cometí dos errores fundamentales que marcarían para siempre mi quehacer
como escritor:
Primero: Trabajar en varias historias a la vez. Como resultado, todo el tiempo voy saltando de una historia a otra (tantas como tengo en mente) y las dejo decantar periódicamente antes de regresar con nuevas ideas; debido a ello, tardo demasiado en terminar una obra. No es algo que yo aconsejaría en términos prácticos.
Segundo: Robarle horas al sueño para escribir. Esta práctica me dejó un insomnio crónico y la necesidad de recurrir al silencio de la noche para poder jalar el hilo de una historia. Muchas veces he renunciado a dormir noches enteras y, con todo y que en condiciones normales desde siempre he dormido muy poco, no es una rutina de trabajo recomendable. La falta de sueño en algún momento baja el nivel de energía y puede poner en riesgo la salud.
Para escribir no basta con tener
nociones o un mediano conocimiento del lenguaje. Nada hay más chocante que un
escrito con pésima ortografía o con términos redundantes hasta el exceso. Por
otra parte, aunque hay muchas formas de decir las mismas cosas, desarrollar un
estilo propio es ciertamente un proceso inconsciente. Tampoco te preocupes por
buscar una técnica, el proceso de creación literaria obedece reglas no escritas
y jamás se ajusta a una fórmula.
En la obra antes citada, Isaac
Asimov señaló, dirigiéndose a los aspirantes a escritor de CF (aplicable por
supuesto a los escritores en general):
[Usted tiene que prepararse para una
carrera de escritor exitoso de ciencia ficción de la misma manera que lo haría
para cualquier otra profesión altamente especializada… Primeramente, tiene que
aprender a usar sus herramientas, tal como un cirujano debe hacerlo con las
suyas. La herramienta básica para cualquier escritor es su lengua, lo que
significa que usted debe desarrollar un buen vocabulario y refrescar sus
conocimientos de cosas tan prosaicas como la ortografía y la gramática].
[Si el escritor está interesado en la
técnica, más le vale dedicarse a la cirugía o a colocar ladrillos. Para
escribir una obra no hay ningún recurso mecánico, ningún atajo. El escritor
joven que siga una teoría es un tonto. Uno tiene que enseñarse por medio de sus
propios errores; la gente sólo aprende a través del error. El buen artista cree
que nadie sabe lo bastante para darle consejos, tiene una vanidad suprema. No
importa cuánto admire al escritor viejo, quiere superarlo].
1. 3. Desarrolla hábitos de trabajo eficientes.
Puede resultar difícil a veces encontrar
tiempo para escribir, pero el problema en sí no es la falta de tiempo, sino la falta
de un hábito eficiente. Ya he dicho cómo resolví (de manera desastrosa) el tema
de la escasez de tiempo en mi adolescencia. Conviene, por tanto, pensar en un
buen plan para desarrollar el hábito de la escritura, de acuerdo con las
circunstancias particulares de cada quien, teniendo en cuenta que no existe un
ambiente ideal para escribir. A eso ayuda la buena organización y ajustarse a
una diaria rutina, con lo cual, ponerse a escribir puede llegar a ser tan
sistemático como tomar un baño o cepillarse los dientes. Sobra decir que, con
los medios de comunicación y los recursos tecnológicos disponibles hoy en día,
las distracciones abundan más que nunca y necesitaremos toda nuestra fuerza de
voluntad para sobrellevarlas.
Crawford Kilian dice al respecto
en su libro “Advice on novel writing”:
[Mantenga su equipo de escritura
(papel, bolígrafos, manuales de software, etc.) en su lugar de escritura, a la
mano. Reduzca al mínimo las distracciones como las nuevas revistas y los libros
interesantes. Trate de encontrar un tiempo de escritura, cuando pocas personas
telefonean o visitan].
William Faulkner comentó en la entrevista
antes mencionada:
[El arte tampoco tiene nada que ver con
el ambiente; no le importa dónde está. Si usted se refiere a mí, el mejor
empleo que jamás me ofrecieron fue el de administrador de un burdel. En mi
opinión, ese es el mejor ambiente en que un artista puede trabajar.].
Ansen Dibell escribió en “Plot, Elements of fiction writing”:
[Sin embargo, no infravalore sus
propias experiencias como una fuente de ideas para una historia. Impresiones
pequeñas, vívidas –la sensación de los zapatos de lona nuevos, la luz del sol a
través de una ventana coloreada, levantarse en mitad de la noche oscura y
asustadiza, ser el único peatón en una calle vacía – han sido la base de muchas
maravillosas historias cortas e imaginativas de Ray Bradbury].
1. 5. Una vez inmerso en el gran universo de la palabra escrita... ¡no te rindas!
Vivimos en un mundo
extraordinariamente competido. En el campo de acción del escritor, como en
muchos otros (salvo raras excepciones), no es posible hallar una autopista que
lleve a nadie a volverse de la noche a la mañana en el autor más leído y los
golpes de suerte escasean. Tampoco existen fórmulas mágicas. La mejor opción,
por no decir la única, es trabajar incansablemente.
Charles Baudelaire dijo hace
mucho tiempo en su obra “Consejos a los
jóvenes literatos”:
[Como escribir es en sí mismo un modo
de aprender, no piense que va a poder vender la primera historia que escriba.
(Sí, ya sé que Bob Heinlein lo hizo, pero él era Bob Heinlein. Usted es sólo
usted)… Si cada historia que escribe es un paso más en su educación literaria,
no importa que las editoriales la rechacen. La próxima historia será mejor, y
la otra todavía mejor, y eventualmente...]
[No hace falta
recorrer todos los callejones sin salida y vivir todos los traumas posibles
para acumular experiencias y aprender a vivir mejor; ni tampoco hace falta
repetir acciones equivocadas para aprender de ellas].
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