martes, 26 de enero de 2021

LA IMPRENTA, EL PAPEL Y EL NACIMIENTO DEL CÓMIC

 

Sin duda, el cómic en su concepción podría tener como antecedente más remoto las pinturas rupestres concebidas por el hombre prehistórico para registrar o relatar hechos y acontecimientos de su vida diaria, representándolos por medio de imágenes. 

No obstante, habrían de pasar muchos siglos para que la conjunción de dos inventos trascendentales en el desarrollo humano: el papel y la imprenta, llegasen a brindarle al hombre el soporte y el medio adecuado para plasmar sus memorias por medio de la escritura y también de manera gráfica. En el año 1450 Gutenberg inventó la imprenta y fue ese el descubrimiento clave para el desarrollo del libro en papel (y después del cómic).

El papel era ya bien conocido en la antigüedad. En Egipto, desde el año 3000 a.c. se escribía sobre papiro, material fabricado con un vegetal muy abundante en las riberas del Nilo y de propiedades enteramente similares a las del papel. Tal como lo conocemos hoy - elaborado a partir de pulpa de celulosa y una pasta de fibras vegetales -, fue inventado en China en el Siglo II a.c; sin embargo, el arte y la técnica para su fabricación no fueron difundidos más allá de la Muralla China durante 500 años.

Cuando ese conocimiento se trasmitió finalmente a Japón y después a los árabes, fueron éstos quienes lo introdujeron en España en el Siglo XI. El nuevo material de escritura se difundió primero a Francia, luego a Italia y después a los demás países de Europa. Surgieron así las primeras fábricas de papel.

Con todo, el proceso de impresión concebido por Gutenberg con la emisión de su primera Biblia, no despuntó a gran escala desde el principio; se fue perfeccionando poco a poco y volvió a cobrar impulso hasta la invención de la prensa en el Siglo XVI.

 

El incremento en la demanda de papel causó que la materia prima utilizada entonces para su fabricación (trapos de lino y algodón) empezara a escasear y los fabricantes se vieron en la necesidad de ensayar diversos sustitutos, hasta que en 1840 lograron una mejora sustancial con la introducción del proceso mecánico de trituración de madera para fabricar la pulpa. Poco más tarde, en 1850, se introdujo el primer proceso químico y a partir de entonces el papel empezó a elaborarse de una gran variedad de fibras vegetales; al mismo tiempo se inventaron los colorantes y se alcanzó una vasta oferta de colores y texturas. Así, la producción de impresos dio un salto definitivo.

 

En ese marco de floreciente desarrollo de la fabricación del papel, en el Siglo XIX, apareció un esbozo del cómic por obra de Rodolphe Töpffer, un profesor suizo cuya miopía le impidió dedicarse a pintar paisajes. Desencantado, resolvió entonces ponerse a dibujar pequeñas historias a las que llamó “garabatos” y las distribuyó entre sus alumnos. Esa suerte de historietas, dibujadas a mano con trazos rápidos, pueden considerarse sin duda el primer antecedente del cómic moderno.

Sin mucho afán de seguir en esa tarea, ideada solo para su entretenimiento, la suerte llegó en auxilio de Töpffer, pues ocasionalmente el afamado poeta y dramaturgo Johann Wolfgang von Goethe, ya en edad avanzada, vio sus viñetas y las elogió, con lo cual se animó a seguir dibujando. Más tarde publicaría sus garabatos en una serie de álbumes que se vendieron con éxito en varios países europeos.

 
No sin oposición y pese a las críticas de quienes no concedían valor artístico a sus trabajos, los dibujos de Töpffer llamaron la atención de muchos artistas y así algunos empezaron a dibujar sus propias historietas. 

Con ello se dio una conjunción interesante, debido a que en el Siglo XIX había en Europa grandes maestros del grabado y sus ilustraciones se publicaban en la prensa en litografías de gran calidad, aplicadas como herramienta crítica contra el sistema. Muchos de esos grabadores satíricos no se reprimían incluso de caricaturizar al rey y ejercían una gran influencia en la opinión pública en sus ácidas críticas contra los políticos de la época.

Claramente, la fusión entre los empeños narrativos de Töpffer y los grabados satíricos tradicionales, al dotar de “movilidad” a las caricaturas y los dibujos aislados de los grabados, colocándolos en secuencia, haría surgir al cómic como lo conocemos a fines de ese mismo siglo. No es raro entonces que en su origen el cómic haya estado ligado a la prensa. Luego de algunas décadas tomará otras formas distintas a la viñeta satírica y humorística y migrará a medios de soporte más ad hoc. 

Pero de eso hablaremos después…







domingo, 17 de enero de 2021

MIS VIAJES EXTRAORDINARIOS POR MUNDOS ALUCINANTES

 

Aprendí a leer a temprana edad gracias a que mi hermana mayor (un año) como juego me tomó de alumno para transmitirme lo que iba aprendiendo a su ingreso a la escuela. De todas esas cátedras, medio en juego y medio en serio, por alguna razón se me facilitó especialmente el aprendizaje de la lectura, a tal punto, que a los cinco años ya leía como uno de diez.

Así me inicié como lector precoz y, siendo todavía un niño, tuve la suerte de encontrarme con las obras de un escritor francés, cuya lectura hizo dar un salto brutal a mi imaginación. JULIO VERNE me llevó a pasar CINCO SEMANAS EN GLOBO, a dar LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DIAS, a visitar LA ISLA MISTERIOSA, a realizar un VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA, a disfrutar DOS AÑOS DE VACACIONES y a navegar 20 MIL LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO. También me hizo conocer personajes tan singulares como MIGUEL STROGOFF, UN CAPITÁN DE QUINCE AÑOS y LOS HIJOS DEL CAPITÁN GRANT. Gracias a él conocí rincones del planeta tan alejados y misteriosos como EL FARO DEL FIN DEL MUNDO, EL VOLCÁN DE ORO, EL CASTILLO DE LOS CÁRPATOS y EL ARCHIPIÉLAGO EN LLAMAS. Incluso, por obra de su ingenio pude ir DE LA TIERRA A LA LUNA y realizar un VIAJE ALREDEDOR DE LA LUNA.

Pero un día supe que no solo en los viajes hay placer, diversión y entretenimiento. EDGAR ALLAN POE, un hombre introvertido, serio, y a la vez magistral y brillante, se encargó de revelarme que el misterio, la intriga y el terror sobrenatural pueden ser tan irresistibles para el ser humano como la fuerza secreta que impulsa al insecto a ir en pos de la llama. Sus NARRACIONES EXTRAORDINARIAS me revelaron las extrañas pasiones que pueden llegar a inspirar seres tan comunes como EL GATO NEGRO o EL ESCARABAJO DE ORO. Supe también del latente deseo de venganza que EL BARRIL DE AMONTILLADO ayudó a saciar; los horrores del cargo de conciencia y la culpa, delatados por EL CORAZÓN REVELADOR en la mente de un asesino; admiré la sagacidad de monsieur Dupin para resolver el enigma de LOS CRÍMENES DE LA CALLE MORGUE y temblé de emoción al conocer historias tan descarnadas como LA CAIDA DE LA CASA USHER, LA FOSA Y EL PÉNDULO y EL ENTIERRO PREMATURO.


Más tarde, siendo ya un adolescente, empezó a interesarme conocer la naturaleza de los impulsos secretos que llevan a algunos seres humanos a violentar sus valores más arraigados. Y tratando de entender el cómo y el por qué de la actuación humana que da origen a un hecho criminal, cambié la compañía del francés y el estadounidense por la de una dama inglesa de apacible y engañoso aspecto: ÁGATHA CHRISTIE. Algunos tal vez no la hubiesen creído capaz de urdir una soberbia INTRIGA EN BAGDAD o revivir UN CRIMEN DORMIDO con tal maestría; Pero lo hizo, y de su mano supe por qué algunos criminales piensan que MATAR ES FÁCIL - incluso aquellos que aparentan una INOCENCIA TRÁGICA - y aventuré mis propias hipótesis para indagar quiénes, entre tantos sospechosos, fueron capaces de cometer un ASESINATO EN EL ORIENT EXPRESS y de sembrar la MUERTE EN EL NILO; quedé pasmado cuando se encontró UN CADÁVER EN LA BIBLIOTECA y quise saber enseguida qué había detrás de aquella MUERTE EN LA VICARÍA. Y cuando al final de todo supe por qué aquellos DIEZ NEGRITOS atrapados en un solitario caserón fueron muriendo uno a uno, me dije que algún día yo llegaría a escribir ese tipo de historias.

Guardando las debidas proporciones, hoy lo he hecho. La pluma de esos tres genios fue la chispa que encendió mi imaginación, y junto a ellos, muchos otros - como Oscar Wilde, Robert Louis Stevenson, H. G. Wells, Arthur Conan Doyle, Jack London, Emilio Salgari, Isaac Asimov, Ray Bradbury, Hammet Dashiell, Juan Rulfo y Horacio Quiroga - por mencionar solo algunos y sin olvidar, desde luego, a los principales protagonistas del boom latinoamericano de mediados del Siglo XX: Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.

Todos ellos me ayudaron con sus magistrales obras a mantener encendida esa llama al paso de los años.

Gracias a la lectura he viajado a través del tiempo y el espacio y he podido conocer infinidad de lugares, personajes, costumbres, hechos, situaciones e ideas que han enriquecido mi mundo interior. La lectura no solo mejora nuestro vocabulario, nuestra ortografía y nuestros conocimientos, también nos ayuda a pensar más y mejor, expande nuestros horizontes, reafirma nuestros conceptos y afianza nuestros valores. Y, por si todo eso fuera poco, nos brinda además la posibilidad de vivir mil vidas en una.

Cuando los buenos libros llegan a ser nuestros grandes amigos, en su compañía nos podemos lanzar sin paracaídas a enfrentar mil aventuras distintas.



Por mi parte, le debo mucho a la lectura, pues gracias a ella no conozco el aburrimiento y es de algún modo la piedra angular en la que descansa mi formación como ser humano. Por paradójico que parezca, leyendo acerca de la muerte he aprendido a apreciar y a respetar la vida, leyendo acerca de la vida he aprendido a valorar la breve oportunidad que se nos da para dejar una huella de nuestro paso en La Tierra y, lo más importante, aprendí a fin de cuentas a aceptar como son, con todo y sus fallas y sus errores, a los protagonistas de las vidas inventadas y las vidas verdaderas: los seres humanos.

 No dejes de ver el vídeo: Mis viajes extraordinarios

jueves, 14 de enero de 2021

CINCO CONSEJOS CLAVE PARA EL QUE EMPIEZA A ESCRIBIR

Basado en mi experiencia personal, empezaré mencionando lo que no se debe hacer.

Yo empecé a escribir en edad adolescente y, en ese entonces, la cantidad de ideas que se me venían a la mente rebasaba con mucho la cantidad de horas de tiempo libre de que disponía. Por ello, cometí dos errores fundamentales que marcarían para siempre mi quehacer como escritor:

Primero: Trabajar en varias historias a la vez. Como resultado, todo el tiempo voy saltando de una historia a otra (tantas como tengo en mente) y las dejo decantar periódicamente antes de regresar con nuevas ideas; debido a ello, tardo demasiado en terminar una obra. No es algo que yo aconsejaría en términos prácticos. 

Segundo: Robarle horas al sueño para escribir. Esta práctica me dejó un insomnio crónico y la necesidad de recurrir al silencio de la noche para poder jalar el hilo de una historia. Muchas veces he renunciado a dormir noches enteras y, con todo y que en condiciones normales desde siempre he dormido muy poco, no es una rutina de trabajo recomendable. La falta de sueño en algún momento baja el nivel de energía y puede poner en riesgo la salud. 


PASEMOS AHORA A LAS CINCO DIRECTRICES QUE SI VALE LA PENA SEGUIR

1.       Si escribir es lo tuyo, escribe con amor y pasión auténticos.

No cometas el error, demasiado frecuente por desgracia, de entrar al mundo de las letras pensando en hacerte rico o famoso, o esperando hallar en ello un “modus vivendi”.

Augusto Monterroso apuntó, en su “Decálogo del escritor”:

[Séptimo.
No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan].


Isaac Asimov dijo enfáticamente en su libro “Sobre la Ciencia Ficción”:

[Escribir es una de las tareas más maravillosas y satisfactorias que existen en el mundo, pero tiene unos pocos defectos insignificantes. Por ejemplo: que un escritor no puede casi nunca ganarse la vida con ella… por cada escritor que gana a montones, hay miles que tiemblan cuando llega la cuenta del alquiler…].

1.  2.       Prepárate para no entrar al mundo de las letras con traje de improvisado.

Para escribir no basta con tener nociones o un mediano conocimiento del lenguaje. Nada hay más chocante que un escrito con pésima ortografía o con términos redundantes hasta el exceso. Por otra parte, aunque hay muchas formas de decir las mismas cosas, desarrollar un estilo propio es ciertamente un proceso inconsciente. Tampoco te preocupes por buscar una técnica, el proceso de creación literaria obedece reglas no escritas y jamás se ajusta a una fórmula.

En la obra antes citada, Isaac Asimov señaló, dirigiéndose a los aspirantes a escritor de CF (aplicable por supuesto a los escritores en general):

[Usted tiene que prepararse para una carrera de escritor exitoso de ciencia ficción de la misma manera que lo haría para cualquier otra profesión altamente especializada… Primeramente, tiene que aprender a usar sus herramientas, tal como un cirujano debe hacerlo con las suyas. La herramienta básica para cualquier escritor es su lengua, lo que significa que usted debe desarrollar un buen vocabulario y refrescar sus conocimientos de cosas tan prosaicas como la ortografía y la gramática].


William Faulkner señaló en una entrevista:

[Si el escritor está interesado en la técnica, más le vale dedicarse a la cirugía o a colocar ladrillos. Para escribir una obra no hay ningún recurso mecánico, ningún atajo. El escritor joven que siga una teoría es un tonto. Uno tiene que enseñarse por medio de sus propios errores; la gente sólo aprende a través del error. El buen artista cree que nadie sabe lo bastante para darle consejos, tiene una vanidad suprema. No importa cuánto admire al escritor viejo, quiere superarlo].

1.     3.      Desarrolla hábitos de trabajo eficientes.

Puede resultar difícil a veces encontrar tiempo para escribir, pero el problema en sí no es la falta de tiempo, sino la falta de un hábito eficiente. Ya he dicho cómo resolví (de manera desastrosa) el tema de la escasez de tiempo en mi adolescencia. Conviene, por tanto, pensar en un buen plan para desarrollar el hábito de la escritura, de acuerdo con las circunstancias particulares de cada quien, teniendo en cuenta que no existe un ambiente ideal para escribir. A eso ayuda la buena organización y ajustarse a una diaria rutina, con lo cual, ponerse a escribir puede llegar a ser tan sistemático como tomar un baño o cepillarse los dientes. Sobra decir que, con los medios de comunicación y los recursos tecnológicos disponibles hoy en día, las distracciones abundan más que nunca y necesitaremos toda nuestra fuerza de voluntad para sobrellevarlas.

Crawford Kilian dice al respecto en su libro “Advice on novel writing”:

[Mantenga su equipo de escritura (papel, bolígrafos, manuales de software, etc.) en su lugar de escritura, a la mano. Reduzca al mínimo las distracciones como las nuevas revistas y los libros interesantes. Trate de encontrar un tiempo de escritura, cuando pocas personas telefonean o visitan].

William Faulkner comentó en la entrevista antes mencionada:

[El arte tampoco tiene nada que ver con el ambiente; no le importa dónde está. Si usted se refiere a mí, el mejor empleo que jamás me ofrecieron fue el de administrador de un burdel. En mi opinión, ese es el mejor ambiente en que un artista puede trabajar.].


1.     4.       Pregúntate, antes de empezar, si tienes realmente una historia que contar.

No todas las ideas pueden volverse historias. Si eliges escribir sobre algo que no conoces, no entiendes, y tampoco es importante para ti, difícilmente lograrás enganchar en el tema a un lector. Tampoco vas a lograrlo si escribes una historia de ficción sobre algo demasiado personal o cercano, eso está bien para una autobiografía en la que relates tus experiencias personales.

Ansen Dibell escribió en “Plot, Elements of fiction writing”:

[Sin embargo, no infravalore sus propias experiencias como una fuente de ideas para una historia. Impresiones pequeñas, vívidas –la sensación de los zapatos de lona nuevos, la luz del sol a través de una ventana coloreada, levantarse en mitad de la noche oscura y asustadiza, ser el único peatón en una calle vacía – han sido la base de muchas maravillosas historias cortas e imaginativas de Ray Bradbury].

1.     5.      Una vez inmerso en el gran universo de la palabra escrita... ¡no te rindas!

Vivimos en un mundo extraordinariamente competido. En el campo de acción del escritor, como en muchos otros (salvo raras excepciones), no es posible hallar una autopista que lleve a nadie a volverse de la noche a la mañana en el autor más leído y los golpes de suerte escasean. Tampoco existen fórmulas mágicas. La mejor opción, por no decir la única, es trabajar incansablemente.

Charles Baudelaire dijo hace mucho tiempo en su obra “Consejos a los jóvenes literatos”:

[Los jóvenes escritores que hablando de un colega novel dicen con acento matizado de envidia: "¡Ha comenzado bien, ha tenido una suerte loca!", no reflexionan que todo comienzo está siempre precedido y es el resultado de otros veinte comienzos que no se conocen].

Isaac Asimov menciona en su multicitada obra:

[Como escribir es en sí mismo un modo de aprender, no piense que va a poder vender la primera historia que escriba. (Sí, ya sé que Bob Heinlein lo hizo, pero él era Bob Heinlein. Usted es sólo usted)… Si cada historia que escribe es un paso más en su educación literaria, no importa que las editoriales la rechacen. La próxima historia será mejor, y la otra todavía mejor, y eventualmente...]

Para terminar, desde mi punto de vista personal, nunca está de más aprender de las experiencias de otros. Charles J. Givens, escribió en su libro “El poder de uno mismo”:

[No hace falta recorrer todos los callejones sin salida y vivir todos los traumas posibles para acumular experiencias y aprender a vivir mejor; ni tampoco hace falta repetir acciones equivocadas para aprender de ellas].

En línea con esa idea, espero les hayan sido de utilidad estos cinco breves consejos a quienes empiezan o quieren empezar a vivir en carne propia la aventura de escribir.

Ver el vídeo en YouTube


lunes, 11 de enero de 2021

EL MUNDO SIN INTERNET – ¿HA EXISTIDO DESDE ANTES UN MEDIO MÁS PODEROSO?

¿Cómo era el mundo sin computadoras portátiles, teléfonos móviles ni redes sociales? Los nacidos en esta era no pueden imaginarlo siquiera.

Siempre que me hago esta pregunta me viene a la mente una novela vivencial, escrita en tiempo pasado: “Las batallas en el desierto”, de José Emilio Pacheco. Esta obra, publicada en 1981, es la más conocida de este autor mexicano y yo la recomendaría para los jóvenes de habla hispana que busquen iniciarse en la lectura, por su lenguaje sencillo, fluido y sin rebuscamientos, con el cual no cuesta ningún trabajo sentirse identificado.

Empieza diciendo, refiriéndose al “mundo antiguo” desde la perspectiva ochentera: “Me acuerdo, no me acuerdo: ¿qué año era aquél?; Ya había supermercados pero no televisión, radio tan sólo: Las aventuras de Carlos Lacroix, Tarzán, El Llanero Solitario, La Legión de los Madrugadores, Los Niños Catedráticos, Leyendas de las calles de México, Panseco, El Doctor I.Q., La Doctora Corazón desde su Clínica de Almas…”

El mundo cambia y el autor da fe de ello en cada página, hablando en primera persona de lo que era y ya no es, y esto al lector le sirve para comparar paso a paso el mundo moderno (de los ochentas) con el entorno que el escritor va describiendo con profusión de detalles. Ese cambiante entorno es el marco en torno al drama infantil de Carlitos, el personaje principal, cuando se enamora de Mariana, la madre de Jim.

“Las batallas en el desierto” es una obra maestra por su sencillez, y lleva implícito un cierto grado de impacto, desde la perspectiva de un niño, ante el cambiante mundo del Siglo 20.

Habla, como de paso, de los tiempos del “segundo frente” en la sociedad mexicana, del descaro y el autoritarismo de la clase política, de la maledicencia y la incomprensión típica de la gente del barrio y de la propia familia, para la cual, todo es completamente negro o inmaculadamente blanco, al juzgar y condenar la inocente declaración de amor de Carlitos - “La imagen de Mariana reaparecía por encima de Tongolele, Kalantán, Su Muy Key. No, no me había curado: el amor es una enfermedad en un mundo en que lo único natural es el odio…”

Pero volvamos a la pregunta inicial: ¿Cómo era el mundo sin computadoras portátiles, teléfonos móviles ni redes sociales?

Dejando aparte al cine, para hablar solo de las formas de entretenimiento casero, los radios, los tornamesas, los tocadiscos y los discos de acetato, primero, y las grabadoras, los cassettes y las enormes televisiones de bulbos, poco después, fueron los baluartes de la tecnología y los mejores medios de entretenimiento antes del advenimiento del Internet. 

Junto a ellos, los cómics gringos (supermán, bat man, los cuatro fantásticos, etc.) y las historietas mexicanas (lágrimas y risas, la familia burrón, memín pinguín, etc.) también tuvieron una época dorada antes de los ochentas. Con sus tirajes de miles de ejemplares semanales, se dice que contribuyeron en gran medida a la alfabetización en México.

En esa época se recurría también a los juegos de mesa (la lotería, el juego de la oca, las damas chinas, etc.) para matar el tiempo en el entorno familiar y ni duda cabe que fueron un medio excelente para la convivencia y la integración de las familias en todos los sectores de la sociedad. Al contrario del teléfono móvil, dicho sea de paso.

Sin embargo, muchos siglos antes que todo lo antes mencionado y por supuesto que el Internet, ha existido un poderoso medio de entretenimiento que al día de hoy sigue resistiendo el paso del tiempo y la evolución tecnológica: el libro.

Como ejemplos claros de que la vocación y el deseo de escribir ha existido y existirá por siempre, mientras el hombre exista, tenemos los siguientes.

 ·      Plinio el Viejo (años 23 a 79) escribió una historia general de Roma en 31 volúmenes, una enciclopedia de la naturaleza en 37 volúmenes, una gramática latina en ocho tomos y un manual de oratoria en seis, siendo general y almirante y gobernador de las provincias romanas en África, España, Germania y Galia. 

·      Cerca de cincuenta volúmenes de las obras de Aristóteles se conservan hasta la fecha debido a que, allá por el año 80 A.C. los hombres de una legión romana en campaña por el Asia Menor, encontraron unos manuscritos y los llevaron a su general. No existían copias de muchos de ellos y fueron llevados a Roma para ser copiados. 

·      Lope de Vega (1562-1635) puede ser considerado el dramaturgo más prolífico del mundo. Escribió unas 2,200 piezas de teatro, de las cuales se conservan solo unas 500.

Isaac Asimov, extraordinario escritor, profesor e investigador estadounidense de origen ruso, decía que el libro produce sonido e imágenes, dado que es imposible leer sin oír las palabras en la mente y sin ver las imágenes que producen. 

Desde su punto de vista, los demás medios de entretenimiento son “congelados”, con un nivel de detalle mejorado con avances tecnológicos, con lo cual, exigen cada vez menos del usuario. Señaló categórico que a la persona a quien le cuesta leer, al recurrir a esos productos “congelados”, seguirá siendo un espectador pasivo.

Añadió que la palabra impresa, por el contrario, presenta un mínimo de información. El lector tiene que poner la entonación de las palabras, la expresión de los rostros, la acción y el escenario, simplemente extraídos de símbolos en blanco y negro.

Por fortuna, formo parte de esa pequeña y afortunada minoría para quienes la lectura es fácil y agradable, por tanto, el libro, en cualquiera de sus manifestaciones, me resulta irremplazable e indestructible, pues, más allá de lo que pueda disfrutarse como simple espectador – según palabras de Asimov -, participar siempre es mejor.

Claramente, la tecnología ha venido a marcar nuevos derroteros para la palabra escrita con el surgimiento del libro electrónico y, sin duda, le dará nuevo impulso. Pero una cosa es cierta: cualquiera que sea la forma que adopte el libro, seguirá siendo el medio de entretenimiento más poderoso para la mente humana y no morirá jamás mientras haya un ser pensante en La Tierra.



sábado, 9 de enero de 2021

El escritor y sus demonios

 

“En esto consiste la autenticidad o sinceridad del novelista: en aceptar sus propios demonios y en servirlos a la medida de sus fuerzas”  

Mario Vargas Llosa (Cartas a un joven novelista)

Para un creador no hay descanso, tranquilidad ni reposo posibles, y particularmente para un escritor, su afán por dar a luz las ideas, los pensamientos, las imágenes mentales y las historias que tienen lugar en los mundos paralelos en que cohabita, lo pueden llevar a estados muy parecidos a la enajenación, como se cuenta de Balzac, que, según se dice, metía los pies en agua helada para resistirse al sueño y así no parar de escribir en sus momentos de mayor inspiración.

Un artista está solo con sus demonios, y si bien intenta día y noche servirles hasta el límite de sus fuerzas, la lucha sorda que ha de librar por satisfacerles es siempre incomprendida e ignorada por el resto de los mortales. Quizás pase por loco, más no dará ni un paso atrás para cumplir con su misión en esta tierra, aún cuando nadie entienda sus motivos.

Es por eso que Faulkner tardó quince años en terminar una historia y Hemingway reescribió un manuscrito treinta y nueve veces.

Desde el lecho de muerte, Hermógenes Cordero, ensayista paraguaya, dictó sus memorias abriendo y cerrando 200,000 veces su párpado izquierdo.

Walt Whitman distribuía, entre unos cuantos suscriptores, un boletín que él mismo imprimía y así comprar con sus escasas ventas una parcela para su sepulcro. 


Condenado a muerte por ser fiel a su ideología, Dostoyevski fue indultado al pie del cadalso, a cambio de una sentencia a trabajos forzados en Siberia.

Influido por un confesor fanático, Nicolai Gogol reunió sus manuscritos frente a un altar y les prendió fuego, para deshacerse de sus "diabólicos papeles".

Sin duda, el camino es largo y difícil para el escritor, casi siempre incapaz de traicionar a sus demonios. ¿Qué se necesita para llegar al final a plenitud? Veamos...

"Solo quien entra en Literatura como se entra en religión, dispuesto a dedicar a esa vocación su tiempo, su energía, su esfuerzo, está en condiciones de llegar a ser verdaderamente un escritor y escribir una obra que lo trascienda"  

Mario Vargas Llosa (Premio Nobel de Literatura 2010)


"Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, 
pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda... en esto estriba la verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor"

Augusto Monterroso (Decálogo del escritor)

"Nada puede destruir al buen escritor, si acaso la muerte. Los que son buenos no se preocupan por tener éxito o por hacerse ricos. El éxito es femenino, e igual que una mujer, si uno se le humilla, le pasará por encima"

William Faulkner (Premio Nobel de Literatura 1949)

Consagrar la vida a escribir no es fácil, más no es algo que ofrezca opciones. Cuando los demonios que viven en cada uno eligen... solo queda obedecerlos.

A veces hay recompensa, pero no todas las historias tienen un final feliz. Hay quienes, habiendo alcanzado la gloria, sucumbieron a la batalla. Dan fe de ello las historias de escritores geniales, atrapados en una realidad que no tenían el poder de cambiar.

Horacio Quiroga, escritor uruguayo, uno de los cuentistas más destacados de América, fue perseguido por un sino fatal que sembró su vida de muertes trágicas.



Su padre murió al disparársele su escopeta accidentalmente. En 1891 se suicida su padrastro. En 1902, Horacio mata por accidente con una pistola a su amigo Federico Ferrando. En 1915 se suicida su primera esposa. También se suicida su maestro Leopoldo Lugones y la poetisa Alfonsina Storni, por quien sostuvo una profunda pasión.

En 1937 Horacio muere en un hospital de Buenos Aires por ingestión de cianuro. En 1938 se suicida su hija Egle y pocos años después su hijo Darío haría lo mismo.

Edgar Allan Poe, el más grande escritor del misterio sobrenatural, maestro de las narraciones de miedo y de terror, vivió una vida tan estremecedora como sus relatos. Su corta vida estuvo marcada por una tendencia a la melancolía que acabó por destruirlo. Aunque recurrió a las drogas, su depresión pudo ser síntoma de enfermedad mental.


Era muy solitario y jamás superó la muerte de su esposa. Murió a los 40 años, alcoholizado en la vía pública, sin papeles ni dinero, como un vagabundo desconocido.

Guy de Maupassant, novelista francés, nació en 1850 y murió a los 43 años. Es autor de una extensa obra, entre cuentos y novelas, en general de corte naturalista. Recibió una estricta educación religiosa y fue expulsado del seminario. Afectado toda su vida de graves trastornos nerviosos, sufrió síntomas de demencia.

Afectado de sífilis, en 1892 intentó abrirse la garganta con un cortaplumas; fue internado en el manicomio de Paris, donde murió, tras 18 meses de agonía, el 6 de Julio de 1893.

Jack London, novelista y cuentista estadounidense muy popular, llevó a su culminación la aventura romántica y la narración realista de historias en las que el ser humano se enfrenta dramáticamente a su supervivencia. 


Publicó más de 50 libros y sus novelas fueron llevadas al cine. Obras como "La llamada de la selva" (1903), "El lobo de mar" (1904) y "Colmillo blanco" (1907) han alcanzado difusión universal. Su obra decayó en los últimos años de su vida, a causa del alcohol y de múltiples problemas de salud. Se suicidó poco después de cumplir los 40 años.

Emilio Salgari nació en Verona, Italia. De joven sirvió en un barco y aseguraba que había visitado los lugares exóticos descritos en sus libros. Escribió 84 novelas e incontables relatos. A pesar de su éxito como escritor, vivió en una relativa miseria, aunada al desequilibrio mental de su esposa Ida Peruzzi, actriz de teatro, con quien tuvo cuatro hijos.

Agobiado por sus problemas, se suicidó el 25 de abril de 1911, realizando el rito tradicional del hara-kiri (desgarrarse el vientre con una espada hasta morir).


Leopoldo Lugones, poeta argentino, nació en Córdoba en 1874. Hombre de vasta cultura, fue el máximo exponente del modernismo y una de las figuras más influyentes de la literatura iberoamericana. Se suicidó en una posada en 1930, mezclando whisky y cianuro. Al parecer, se enamoró de una joven y su hijo amenazó enviarlo al manicomio si no renunciaba a ella.

Alfonsina Storni, nacida en Suiza y radicada en Argentina, se matricula en la Escuela Normal Mixta y sus maestros reconocen su talento para la escritura. Su primer libro, "La inquietud del rosal", publicado con grandes dificultades económicas, apareció en 1916. Años más tarde, sus obras le valdrían el reconocimiento de sus contemporáneos como una gran poetisa en lengua hispana.


En 1938, a los 46 años, enferma de cáncer y viaja a Mar del Plata. Se arroja al mar desde un espigón y deja como testamento una carta de despedida a su hijo y el poema "Voy a dormir".

Ambrose Bierce fue un cuentista y periodista estadounidense, cuyos temas violentos giran alrededor de la muerte. Combatió en la Guerra de Secesión y esto marcó para siempre su visión mórbida de la vida. Los críticos definen su estilo como funcional y mecánico. La mayoría coinciden en que sus temas violentos lo convierten en un escritor fascinante.

En busca de una muerte digna, en 1913 se fue a México, siguiendo a las tropas de Pancho Villa, y su fin permanece en el misterio. Ese hecho inspiró a Carlos Fuentes la novela "Gringo viejo"  

Más allá de las circunstancias que rodeaban la vida de quienes hallaron en el suicidio la única salida, su sensibilidad artística (la mejor herramienta con que contaban para crear obras excelsas, capaces de maravillar) fue a la vez un arma de doble filo, pues los hizo más vulnerables ante el infortunio que cualquier otro mortal.

Como sea, realizaron sus sueños y, mientras les fue posible, obedecieron fielmente a sus demonios. Vivirán para siempre en la historia del mundo por su genialidad.












viernes, 8 de enero de 2021

Memorias de un habitante de La Tierra en el año 2150

 

Estamos en el año 2150 y soy uno de los pocos viejos que aún quedan en el planeta Tierra. 

Las expectativas de vida de la población se han reducido drásticamente y cada vez son menos los que llegan a cumplir 50 años. Sin embargo, mi aspecto es el de un anciano de 80 debido a que no puedo beber toda el agua que necesito. Tengo la piel acartonada, amarillenta, y padezco problemas renales por la carencia del líquido vital. Lo entenderán si les digo que la dotación mínima recomendada es de ocho vasos al día y yo solo puedo tomar medio vaso, cuando tengo suerte.

Recuerdo que en mi niñez todo era muy distinto. Había parques con fuentes públicas y jardines cubiertos de flores y árboles de gran tamaño. En esos años todavía se lavaban los autos a chorro de manguera y podía uno quedarse en la ducha cuanto quisiera; los jóvenes de esta época no pueden creer que haya existido el agua entubada y que podía utilizarse con solo abrir una llave. Durante mucho tiempo nadie se preocupó por cuidarla, pensaron que duraría eternamente. Por eso, mientras los principales acuíferos se contaminaban o se agotaban, nadie adivinó que sobrevendrían las sequías más severas y prolongadas de la historia. Pero hasta que empezó la escasez las naciones del mundo comenzaron a valorarla; y cuando se agotó el petróleo, todas las transacciones comerciales empezaron a basarse en las reservas de agua de los países.

En estos días los padecimientos gastrointestinales por la proliferación de alimentos sintéticos, sin contenido de agua, son la principal causa de muerte, y también se han convertido en auténticas pandemias las infecciones y enfermedades de la piel provocadas por las radiaciones ultravioleta, esto debido a que la falta de vegetación superficial aceleró el daño a la capa de ozono. En muchos lugares no se puede sobrevivir sin utilizar toallas empapadas de aceite mineral para hidratarse, y aunque existen “zonas ventiladas” con reactores a base de energía solar, en las que los efectos atmosféricos son soportables, es muy alto el costo por hacer uso de ellas y solo unos cuantos pueden pagarlo.

La fisonomía de los seres humanos se vuelve más horrible cada día (hoy un joven de 20 años tiene el aspecto de un adulto de 40). Entre la bruma de las ciudades deambulan hombres y mujeres  enclenques, desfallecidos, con la cabeza cuidadosamente rapada (para evitar piojos y parásitos por falta de aseo), sus rostros son verdosos y tienen la piel cubierta de llagas. Esos ejércitos de seres fantasmagóricos, tienen aspecto de cadáveres vivientes, que se secan y se desmoronan lentamente.

Las industrias prósperas de antaño se paralizaron o se fueron a la quiebra y el desempleo masivo trajo consigo mayor pobreza. Grandes poblaciones sucumben con rapidez al incremento en la generación de basura, entre otras cosas porque al no poder lavarse la ropa, todas las prendas de vestir se han vuelto desechables; asimismo, los sistemas de drenaje y alcantarillado han dejado de operar, obligando a las comunidades a volver a las fosas sépticas.

Y por otro lado, el avance de los desiertos es ya incontenible en los cinco continentes, dado que los gobiernos privilegian el uso de sus recursos hidráulicos para el consumo humano, olvidándose de reforestar y ampliar las contadas zonas de cultivo que difícilmente sobreviven.   

Las plantas desalinizadoras son la principal fuente de empleo, pero en ellas no se paga un salario, sino la más preciada moneda en esta época de caos: una dotación de agua potable. La desalinización sigue siendo el único medio conocido para producir agua y quizás no se ha descubierto otro porque la deficiencia hídrica y la falta de oxigenación han afectado el coeficiente intelectual de la población, causando un estancamiento en la investigación científica.

Así, mientras el hambre y la sed van diezmando de manera lenta pero segura a la población mundial, los viejos como yo solo esperamos ver el fin de esta pesadilla. Me duele haber sido parte de las generaciones que fomentamos el derroche y descuidamos nuestro don más preciado. Cuesta creer que hubo quienes se rieron del cambio climático, e incluso que haya habido gobernantes y líderes mundiales que hicieron todo por desacreditarlo. Hoy sus efectos están a la vista, agravados por la sobreexplotación incontrolada de los mantos acuíferos, pero ya no hay solución posible. 

En mi época, muchos pensamos que de poco servía esforzarnos en cuidar el agua, hoy comprendo que con el esfuerzo de todos pudimos hacer algo cuando aún había tiempo. Mis hijos no creen que alguna vez la Tierra fue verde y los cielos azules; ellos no conocieron los bosques ni las selvas, mucho menos los lagos y las aguas transparentes de los océanos. Su mundo, como el de todos los que se aferran a la supervivencia hoy en día, siempre fue gris, oscuro, tan sucio como los tiraderos y los depósitos de desechos de antaño.   Memorias de un hombre del futuro




LA GRAN BATALLA - Cuento fantástico


Nunca fue fácil sobrevivir en el planeta Tierra. Los afanes imperialistas de las grandes potencias, los reiterados intentos de dominio de una raza sobre las otras y la búsqueda incesante de predominio de añejas dinastías, fueron lacras ideológicas que pulularon a lo largo de la historia del hombre.

En el año Sexto de la Vigésimo Segunda Centuria, una época de cambios caóticos y trascendentales (hasta la forma de datar el tiempo era ya distinta).


Yo, Voodrow K., un simple obrero entre millones en New Reality - megapolio dedicado a la fabricación y comercialización de robots y androciborgs - pasé los años de mi juventud dudando de poder subsistir en una sociedad infestada de seres extraños, donde las IAs florecían a pasos agigantados.

Hechos que dieron rumbo a la historia en otras épocas, como la devastación del Continente Americano durante La Conquista, la rapiña y la esclavización de los pueblos africanos a manos de voraces colonizadores, la Revolución Francesa, la Segunda Guerra Mundial, todos los añejos males causados y padecidos por la raza humana a lo largo del tiempo… en la época que a mí me tocó vivir estaban alcanzando un límite inimaginable.

Existían ya nuevas formas de esclavitud, motivos distintos de división, métodos inéditos para provocar odio y derramar sangre, pero al fin el resultado era el mismo: la raza humana enfrascada en una lucha constante y sin cuartel por la supremacía.

En los albores del nuevo Siglo, El Batallón de los Clonados había llegado a ser el clan más poderoso por su capacidad de multiplicarse en los laboratorios, con el añadido de que cada nuevo espécimen nacía con una doctrina ideológica implantada en sus genes.


Era como sacar copias de uno mismo para formar un ejército de iguales, con idénticos impulsos, y trayendo en la mente ideas y propósitos predeterminados. Su característica más importante consistía en identificar como enemigos a los especímenes de cualquier naturaleza distinta a la propia.

New Reality fue en el principio una factoría fundada por los Clonados para proveerse de servidores y esclavos en todo el mundo – más resistentes y duraderos que los humanos comunes -, y se escindió más tarde, cuando los robots declararon la guerra a sus creadores.

Las Máquinas Pensantes (como solíamos llamarlos) se habían fortalecido después, apropiándose de esclavos humanos, y eran los oponentes más fuertes y encarnizados del Batallón de Los Clonados.

Iniciaba así una lucha de poder a poder entre dos fuerzas demoledoras, sustentadas una en el conocimiento científico y la otra en el avance tecnológico. Otros grupos, como el de Los Injertados, o el de los simples humanos (destinados, como yo, a labores de servidumbre), estábamos lejos de poder competir. Al menos en apariencia.

Los Injertados eran manipulables, pues se les implantaban chips que contenían información neuronal preestablecida. Los humanos teníamos dos ventajas sobre ellos: éramos la única entidad de pensamiento autónomo del planeta, y (lo más importante) los dos gigantes no se cuidaban de nosotros.


Décadas de dominio los hacían sentirse seguros de su poderío. Los líderes de Las Máquinas Pensantes, fabricados en serie como sus mismas creaciones, subestimaban el potencial  humano; creían tenerlo todo bajo control y no se dieron cuenta de que planeábamos una rebelión…

Habíamos acumulado pertrechos y armamento en secreto durante años y nuestra organización y disciplina nos condujo a asestarles un único golpe de muerte en la misma cúpula de su dominio. Cuando prendió la mecha, el factor sorpresa estuvo de nuestro lado.

Fue como cortar de un solo tajo la cabeza de un monstruo temible y feroz, sin darle tiempo de contraatacar. Y cuando nos hicimos del control de New Reality sin excesivo derramamiento de sangre, Los Clonados comenzaron a preocuparse.

Sabían que nuestro siguiente paso sería rediseñar a los androides, para hacer que volviesen a ser simples máquinas a nuestro servicio, como lo habían sido en sus orígenes. En tal escenario tendría lugar una guerra encarnizada entre dos especies con propósitos muy distintos: la nuestra, determinada a luchar por su supervivencia y su legítimo derecho a la libertad, y la de los clones, deseosa de dominar el planeta y sojuzgar a los que consideraban más débiles, para su único beneficio.


Reflexionaba en todo esto en la víspera de la batalla decisiva para el destino de la raza humana, mientras recorría en solitario las instalaciones del complejo para constatar la hermeticidad del área donde manteníamos prisioneros a los robots y a los androciborg.

El Servidor Central se hallaba desactivado, más no me confiaba. Deseaba finiquitar cuanto antes la contienda para proceder a reprogramar las antiguas creaciones humanas y lamenté no poder servirnos de ellas para enfrentar a nuestro mayor enemigo...

Al terminar el recorrido se reavivó mi confianza en conseguir la victoria. Imaginé que New Reality sería el asiento de una naciente civilización, y que daría paso a una realidad distinta para la doliente humanidad, fustigada por la adversidad y el dolor al paso de los Siglos.

Sopesé mi arma de mira ultra láser con un suspiro cargado de tensión, luego ajusté los controles y consulté la hora. Era tarde y debía ir a dormir; necesitaba estar descansado y fresco para enfrentar el momento crucial, como líder de los humanos.

Resignado a la espera, oprimí la tecla Escape… la pantalla parpadeó y se oscureció enseguida.

Entonces me puse de pie, tras leer el conocido mensaje de dos palabras: Game Over.

“Mañana voy a lograrlo – me dije –, he subido de nivel y ya estoy listo para La Gran Batalla… ¡¡aauuummm!!”






LA IMPRENTA, EL PAPEL Y EL NACIMIENTO DEL CÓMIC

  Sin duda, el cómic en su concepción podría tener como antecedente más remoto las pinturas rupestres concebidas por el hombre prehistórico ...